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ANAQUEL
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Actualizado: Sábado, Abril 5, 2025
   
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ANAQUEL DE TEMAS PUBLICADOS

 
PALABRAS... ¿SOLO PALABRAS?
 
 

¡Ah, la música! Me gusta la música, especialmente la del silencio y toda su compleja orquestación vibrando en el universo psicológico mío.

La música, en todas sus variantes, es una ola extendiéndose por el entorno rumbo al infinito. Sobre estas ondas del mar de la existencia, viaja un pequeño bote, una frágil embarcación, con un navegante cantando la historia de Elektra, del eximio Richard Strauss. La sutilidad del Universo donde se mueve este omnimodo actor tiene la capacidad plástica de las bellas artes, es modificable a la poderosa voluntad de la inspiración.

Suena el silencio. Suena a Infierno, a Edén. Suena a muerte, a vida. Suena a evidencia, a misterio. Suena a locura, a cordura. Suena a miedo, a confianza. Suena a Apocalipsis, a Génesis. Suena a oscuridad, a luz. Suena a nada, a todo. Suena a mentira, a verdad. Suena a hombre, a mujer.

El silencio es música pura. Es una matriz que gesta una forma de vida matemática, exacta; una forma de vida que llamamos números. Los números tienen una vida universal, existencia real e inteligencia propia; viven más allá de toda voluntad humana.

El silencio es música como una palabra sincera. El silencio dice que en lo onírico empieza la vida humana, allí es diseñada, proyectada, planeada, para luego manifestarse triunfante en lo físico. En lo onírico está la semilla de la que proviene lo humano, para luego de germinar y crecer, debe convertirse en “árbol”. Primero, es un sueño; luego, es de carne y hueso; lo gestan y lo nacen. Primero, es sutil, imperecedero; luego, material, débil. El silencio suena, es una palabra veraz y tiene la capacidad de solidificar la energía en materia. Una palabra sincera es un mantra y convierte el caos en orden.

El silencio es esa semilla de la que puede brotar la dualidad, lo negro y lo blanco, el frío y el calor, arriba y abajo, adentro y afuera, lo suave y lo áspero, etcétera y etcétera; y en una de sus facetas mejor elaboradas puede solidificar lo masculino y lo femenino.

Lo masculino y lo femenino, en sus aspectos de equilibrio e igualdad como las cosas que existen de manera natural en el Universo. Sin el equilibrio, habría un desbalance y el caos se impondría en el Universo, hasta en su mínimo rincón atómico.

Este desbalance, trae como consecuencia, en el mundo humano, lo que llamamos el machismo y su contraparte el hembrismo; dos aspectos que violentan a la naturaleza arrogándose una superioridad indebida; uno y otro discriminando a la otra parte humana.

Dentro de lo humano, en alguna parte de su estructura social, para intentar corregir este desbalance, crea al mascilismo y al feminismo. Ambos buscan el equilibrio de lo masculino con lo femenino; la igualdad de ambos géneros que componen la humanidad.

"¿Mascilismo? ¿Qué es eso?", diría alguien. Bueno, me he dado la libertad de usar esta palabra en vez de "masculinismo" porque me parece que es más adecuada para usarla al lado de Feminismo. En primer lugar, porque ambos términos, mascilismo y feminismo, tienen la misma cantidad de sílabas; en segundo lugar, el significado queda intacto; en tercer lugar, ambos conceptos riman... con un equilibrio sin sílabas inútiles...; en cuarto lugar, no infringe reglas gramaticales y hay otros detalles que yo podría ir añadiendo con los días, detalles que una persona con amplitud verbal de buena gana añadiría aquí.

"Mascilismo" es una palabra que no existe en ningún diccionario y me estoy dando la prerrogativa de usarla por primera vez.

"¡Alto!", me digo. "¿Acaso, mi relato iba en una dirección muy diferente al que, en este momento, estoy llevando?". Iba rumbo a un tema muy diferente y sus conceptos poéticos se han visto deviados... hacia la ruda realidad del diccionario. "¡Para, ya!".

 
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La naturaleza, en sí, es nuestra propia naturaleza. Todo lo que vemos en nuestro entorno cercano y en el lejano, lo tenemos dentro nuestro. Sí en nuestro interior hay miedos y dolores, allá afuera, pondremos de nuestra parte destrucción y muerte. Un interior lleno de amor y cordura, entregará paz y salud.
 
Cada acontecimiento nuestro no es otra cosa que Filosofía que se escribe constantemente gracias a aquella fuerza permananente que nos empuja a actuar, fuerza a la que llamamos vida. Todo lo colocado sobre la superficie del planeta en que vivimos actúa de acuerdo a las lineas escritas desde un principio por la genial mano de la vida. Además, podemos añadir, aquí en este libro de la vida, algunos versos propios, versos que pueden fluir líbremente como el agua; allá calmará la sed o se convertirá en la atmósfera que respirarán otros seres vivos. Es posible desmenuzar estos versos, pulverizarlos en pigmentos y con ellos untar sublimes telas.
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